Opción Múltiple 

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Los artefactos presentados en esta exposición son prestados/replicados/expropiados de distintas “colecciones”, se encuentran artículos del archivo de Charlie Brooker; creador y productor de la serie antológica Black Mirror, propiedad de Netflix, y otros artículos pertenecen al archivo de Tezcatlipoca, creador y productor de la serie antológica Espejo Humeante, globalizada (o colonizada) por distintos museos y colecciones privadas.

Charlie Brooker se despierta buscando su celular, -antes de la saturación de dispositivos móviles-, piensa -hubieran sido mis cigarrillos-. La pantalla gótica y reluciente, con matriz agrietada (cada una, una caída), descansa sobre su pecho. Consciente de la información latente, no leída, acumulada alrededor del objeto como humo venenoso. El secreto del éxito que ha tenido como creador de series para televisión y servicios de streaming, se debe a su capacidad de mirar unos minutos hacia el futuro. 

Anoche una feroz criatura con melena sombría lo perseguía, en un tribunal al estilo Alicia en el País de las Maravillas, jurado rectangular con gente rectangular, esquinas redondeadas, sensibles al tacto, indistinguibles del sueño o de la “realidad”.

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Visiones negras y distorsionadas, duran aproximadamente una hora, y se distribuyen por temporadas delegadas al quimérico servidor online. Así es mejor, así ellos se encargan de las batallas legales, la propiedad intelectual privada demanda piratería cognitiva. Los organismos institucionales están en guerra con esos piratas, desde el reinado del imperio británico hasta la fecha siguen vigilando los mares. 

El botín del mundo enterrado en los suelos del British Museum, marcado en los mapas turísticos con la equis de Netflix, gigante enredado en procesos jurídicos en contra su “propia aventura”. Choose your Own Adventure el concepto de “libre elección” que el capitalismo cognitivo decidió privatizar. La definición de libre albedrío se presenta dentro de un menú de pasillos sinuosos, se deforman según los deseos del usuario, un laberinto personalizado según la corrección algorítmica, ¿es posible imaginar un concepto de libertad más amplio?. 

Brooker no ha logrado predecir en sus vistazos al futuro un apocalipsis del capitalismo, ni siquiera una fractura de los sistemas existentes, sino su aceleración. Profeta de un futuro no deseado e inevitable, se pone en una posición contradictoria, la respuesta; jugar el papel de troll; enemigo de ambos bandos. Su expresión reflejada en el brillo negro de la pantalla, cada mañana más mordaz, como el smiley burlón, o la imagen del Bandersnatch, ¿Bandersnatch?, la figura feroz, salvajismo de ensueño, desatada del libro Alicia a Través del Espejo para ser domesticada en su último acto. No es un robo, para nada. Cada réplica, distinta al original, lleva el reflejo de quién le contempla, como la vitrina de algún museo.  

En esa visita de domingo por la familia, las salas del museo despertaron la mirada turbia de Tezcatlipoca (made in México), reflejó al hombre entre pantallas de obsidiana, clavándose en su pecho cuál metamorfo dios-máquinas al estilo sci-fi, un dios recolector de datos, acciones y pensamientos de la humanidad. -¿Soy yo? ó ¿somos Netflix y yo?, ¡plataforma creadora de mundos! o un navío pirata con una calavera sonriente-. Tuvo el deseo de pasar a través del vidrio y tocar el artefacto, ver los próximos minutos del futuro desde la óptica caleidoscópica del dios, más allá de los siglos, más allá de paradigmas socio-económicos, hasta  quién sabe qué horizonte apocalíptico tercermundista… (¿/¡) Próximamente (?/!).

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¿Quién tendrá la propiedad intelectual de un reflejo?

a) El creador del objeto reflejado. 
b) El dueño del espejo. 
c) El reflejo mismo. 
d) Otro(?).

Megan Marsh / Gerardo Contreras